Señorío y grandeza
















En el mundo del fútbol es fácil confundir el señorío con los buenos modales, la educación con la grandeza. Son términos que aunque pueden parecer idénticos en su origen y desarrollo, caminan más lejos de lo que nos pensamos pues en el fútbol moderno resulta harto difícil demostrar señorío y grandeza.


Durante el día de ayer uno de los grandes clubes de fútbol de nuestro país demostró al mundo entero cómo se comporta un club que tiene en sus valores su verdadera grandeza y señorío. El Athletic Club de Bilbao otorgó el premio ‘One Club Man Award’ al ex jugador italiano Paolo Maldini, distinción que se otorga a los jugadores que han completado toda su carrera en un mismo club y quien mejor para entregar el premio que el mítico jugador José Ángel Iribar.

El origen de este premio nace de unos valores que se generan desde siempre en las paredes de Lezama, se vive bajo los colores de un equipo que representa la grandeza de una tierra y las gentes que la forman.

Decir Athletic Club de Bilbao es hablar de un club de tradiciones, formado desde la cantera, fiel a sus orígenes y con un aroma a fútbol que tiñe de romanticismo cada paso que da. El fútbol moderno está creado de tal manera que es muy complicado que un club sobreviva en la élite fiel a unos valores como los que se defienden en San Mamés. Hecho que no escapa a los ojos de nadie y que engrandece más si cabe tanto sus orígenes como el camino que recorre este legendario club de fútbol.

Por esa razón, a nadie le sorprende que sea el Athletic Club el que otorgue esta distinción a esta leyenda de nuestro fútbol pasado y presente, porque detalles como este son tan especiales y justos con nuestro fútbol, que merecen ser erigidos por clubes con tanta grandeza en sus cimientos como aquellos que lo reciben.

El último en recibirlo ha sido Paolo Maldini, pero algún día alguien debería de homenajear a este legendario club de fútbol por todo lo que da cada día a este deporte. Por sus tradiciones, por sus leyendas, por sus tardes de fútbol, por su grandeza, por todo esto y mucho más merece mi respeto y distinción como amante de este deporte el Athletic Club de Bilbao. 





Félix de Blas