Jose Mourinho, ocaso y realidad


Cuando la figura de José Mourinho surgió de los banquillos con aquel sólido Oporto campeón de Europa, pronto se fraguó la figura de un entrenador algo innovador en sus planteamientos y que dotaba a sus equipos de solidez y fiabilidad. Habiendo triunfado en casi todas las plazas en las que se ha sentado, hoy en día el técnico portugués vive en momento de ocaso futbolístico donde los resultados le lastran el camino que recorren.

Ver un equipo de José Mourinho era ver a un equipo solidario en tareas defensivas y rápido en las ofensivas. Comprobar como los futbolistas del técnico portugués se repartían los esfuerzos y el trabajo en los espacios, era sin duda una gran lección táctica para todos los amantes del fútbol.

Lejos de valorar la belleza de este estilo o de los gustos futbolísticos de cada uno, hay que reconocer el gran trabajo que el portugués hacía en todos sus equipos, consiguiendo que estos trabajaran y funcionaran en el campo como máquinas perfectamente engranadas.

Por esta razón sorprende más la poca fiabilidad que está mostrando José Mourinho en los últimos años, sus equipos han perdido la identidad, algo que años atrás les caracterizaba y diferenciaba del resto de los mortales del balón.

Quizá el bueno de Mourinho ha mediatizado demasiado su imagen y la opinión pública simplemente no ve más allá de la imagen que se muestra en la pantalla. Seguramente el trabajo diario del  técnico portugués tiene tanta calidad como siempre la ha tenido, pero no hay duda de que algo ha cambiado en su entorno deportivo y sus planteamientos ya no son tan contundentes e innovadores como antes lo eran.

¿Qué le pasa a José Mourinho? ¿Dónde está el fútbol de Mourinho? 

Observamos un mundo del fútbol donde ya a nadie sorprende el modelo de juego del portugués, es posible que este deporte haya avanzado unos años y Mourinho simplemente necesite reinventarse, reciclar su tiempo y refrescar sus grandes conocimientos sobre fútbol.

¿Necesita José Mourinho reinventarse a si mismo?

Sea como fuere, apoyamos la figura de José Mourinho y le instamos a seguir triunfando en los banquillos. Pero quizá es el momento de pararse a pensar y recuperar la esencia que transmitía a sus futbolistas.

El fútbol necesita puntos de vista diferentes, Guardiolas y Mourinhos que alimenten la grandeza táctica de este deporte, aunque es cierto que la élite desgasta y posiblemente pararse a pensar, reinventarse o reciclarse es tan necesario en el fútbol como buscar la victoria. 




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