Donosti es
la tierra que vio nacer a la última colaboración que llega hasta la ventana de
fotosybanquillo. David Vesga, entrenador nacional de fútbol, pone a nuestra disposición
su manera de ver el fútbol vasco y su auge profesional desde los banquillos.
Que existan
tantos entrenadores vascos de primer nivel en el fútbol actual no es ninguna
casualidad. Bajo mi punto de vista es la consecuencia de una cultura muy
arraigada en el País Vasco. La cultura del trabajo y la búsqueda del
aprendizaje continuo y la excelencia.
Pero esto no
es una percepción personal. Si analizamos el desarrollo económico e industrial
del Euskadi a lo largo de la historia podremos comprobar como todo cobra
sentido. Desde la revolución industrial, el PV ha sido un pilar esencial a
nivel estatal y un referente a nivel mundial.
Actualmente
las empresas vascas se encuentran por encima de la media Europea en inversión
en Investigación y desarrollo. ¿Y esto qué tiene que ver con el fútbol? Pues
que al igual que las empresas, los entrenadores vascos también invierten mucho
tiempo y esfuerzo en mantenerse al día en todos los ámbitos de su trabajo con
un reciclaje continúo. *(Puedo dar fe de ello ya que he tenido la suerte
de coincidir con algunos de ellos en algunos cursos, el más reciente
Asier Garitano del Leganés en la RFEF.)
Los
entrenadores vascos además de ser trabajadores y estar a la última en las
innovaciones, también cabe destacar su forma de ser como líderes.
Son líderes
porque actúan como tal, dan ejemplo a diario de esfuerzo, sacrificio y
constancia para obtener lo mejor de sus futbolistas y de sí mismos. Pero por
encima de todo destacaría de su carácter la modestia y humildad en su
comportamiento, no quitando a sus jugadores el protagonismo.
Modestia,
humildad, trabajo, esfuerzo, aprendizaje, innovación y carácter ganador son la
fórmula mágica que engloban estos verdaderos profesionales del fútbol.
Suele
decirse que para entrar a formar parte de un grupo en Euskadi se hace
difícil para el que viene de fuera en un primer momento, pero una vez dentro,
ya eres como de toda la vida.
Creo que en
esto puede estar la esencia de un vestuario comandado por un entrenador vasco,
crear un clima de confianza y exigencia mutua por el bien común, primando siempre
lo colectivo antes que lo individual. El equipo por encima de todo.
Hace dos
años tuve la gran suerte de poder ganar experiencia y obtener grandes
conocimientos durante la pretemporada del Juvenil DH del Athletic de Bilbao de
Joseba Etxeberría y el Baskonia de Tercera División de Gontzal Suances. Tengo
que decir que el clima de trabajo en Lezama fue fantástico y todos los que allí
trabajaban me hicieron sentir uno más aun sabiendo que soy Txuri Urdin hasta la
médula.
Tengo que
agradecerles muchísimo tanto a los místers como a Iker Egaña, (Responsable
Prep. Física de los 2 equipos) que fue el que me dio la oportunidad de tener mi
primer contacto con una cantera profesional. Siempre estaré eternamente
agradecido.
Si algo
aprendí de aquella experiencia es que ante todo son excelentes personas y
siempre se mostraron cercanos y accesibles en todo momento, no dudaron ni un
segundo en compartir su conocimiento y me trataron como a uno más del equipo de
trabajo.
Si a mí en
esos días me hicieron sentir todo esto, no quiero ni pensar lo que pueden
lograr con sus futbolistas durante toda una temporada. ¿Y qué hay más
importante que crear ese vínculo entre platilla y cuerpo técnico? Teniendo eso
ganado, todo lo demás viene rodado.
David Vesga