En el deporte como en la vida, olvidar tus orígenes es sinónimo de sufrir un desastre cercano. Caminar pensando en grandezas que nacen muy por encima de tu realidad, te aleja de lo correcto, de lo que realmente eres. Por esta razón, cuando uno alcanza el éxito desde la humildad lo llega a saborear con más ánimo y puede llegar a vivir momento que el recuerdo nunca borrará.
El
fútbol nos enseña a trabajar y vivir desde la humildad como una buena base para
conseguir éxitos verdaderos, de esos que marcan el camino que seguimos. Ver a
un club o equipo de fútbol trabajar en el anonimato, con pocos medios y desde
un objetivo claro y sencillo es gratificante para todos los amantes de este
deporte.
Actualmente
podemos destacar como ejemplo de trabaja constante y humilde a dos escuadras
que se mueven con orígenes sencillos, pero con unos resultados propios de
equipos grandes.
CD.
Leganés y SD Eibar marchan con paso firme y constante en sus respectivos
campeonatos. La posibilidad de ver a en un equipo como el CD Leganés en primera
división, es tan hermosa como ver al SD. Eibar codearse con los grandes equipos de Europa.
Ambos
equipos pueden presumir de unos resultados impensables al principio de la
temporada, pero que hoy por hoy hacen de sus jugadores unos auténticos héroes
para sus aficionados y amantes del fútbol.
La
diferencia presupuestaria que existe entre ellos y la mayoría de los equipos de
la élite futbolística, podían presagiar con facilidad algún desastre deportivo
en sus resultados. Y aunque dicho desastre no se produjera, al menos sufrimiento
y posiciones clasificatorias muy diferentes a las actuales.
Es
por eso que la providencia y la belleza de este deporte nos ha permitido que
gracias al gran trabajo de sus jugadores y cuerpo técnico, SD Eibar y CD
Leganés puedan hoy por hoy soñar con grandes metas llevando el orgullo de sus colores por todos los campos de
fútbol.
Félix de Blas