Entrenadores de fútbol, opiniones y sabiduría


El fútbol actual está lleno de sabiduría, intelectuales que siendo profesionales o no, se jactan de sus conocimientos y no dudan en hacer juicios de valor sobre terceros. Aún a pesar de tener más ignorancia que inteligencia, es fácil escuchar dilapidarias frases como “Ese jugador no vale” o “No es buen entrenador”.  Lo justo y normal sería que para aventurarse a ejercer ese juicio de valor sobre un profesional, conociéramos con detalle todos aquellos aspectos que rodean y cimientan su labor diaria.

Centrando nuestro análisis en los banquillos, cabe destacar algo que por todos es conocido, la calidad de un entrenador es tristemente proporcional al valor de los resultados que consiga.

Y es así, porque el periodismo deportivo marca el ritmo en el que camina la opinión de la sociedad. Miramos al banquillo y solo vemos lo que el circo mediático quiere que veamos o interesa que conozcamos.

Lo verdaderamente importante pasa inadvertido a los ojos de los “analistas deportivos” y aficionados. Porque cuando alguien sentencia o enaltece a un entrenador de fútbol lo hace por un resultado y nada más que por eso ¿verdad? Aquellos a los que el bueno de Luis Ángel Duque llama “Sénecas”, no son capaces de ver más allá de lo que muestra un marcador y ese es su único argumento de valor.

Detrás de la pose de un entrenador en el banquillo durante un partido, hay muchas horas de trabajo que nadie entra a valorar. El verdadero sentido de la palabra justicia debería de obligar a las personas que quieran calificar a un entrenador como bueno o malo, a valorar todos los aspectos y momentos que maneja un profesional de los banquillos.

Si un “opinólogo” considera malo a un entrenador ¿En qué cimenta esa estimación tan rotunda?, ¿En su metodología de trabajo? ¿En cómo plantea y dirige los entrenamientos? ¿Su gestión del vestuario? ¿En su trato humano con el futbolista? ¿Cómo prepara los partidos? ¿Su labor de scouting analizando rivales? ¿Su poder de comunicación para con el futbolista? ¿Su modelo de juego? …etc.

En el fútbol actual tenemos casos como Mourinho o Guardiola a los cuales se les ha ensalzado o condenado por buenos o malos resultados, aún a sabiendas que el conocimiento pleno de cómo funcionan como entrenadores de fútbol profesional no es del todo completo.

La ignorancia que hay alrededor del trabajo diario de un entrenador de fútbol es tan grande, que merecería más análisis y conocimiento a fondo y por lo tanto más respeto. Al final de la jornada el marcador es un reflejo de un momento concreto de la jornada laboral del entrenador, pero detrás de ese resultado hay muchas horas de trabajo, muchas personas trabajando a su lado y cientos de momentos y situaciones que todos desconocemos.

Es más fácil adjetivar a un entrenador por un resultado que hacerlo por el global de su trabajo.





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