¿He sido un buen líder esta temporada?



Se acerca el final de temporada y con ella el momento de evaluar nuestro rendimiento como líderes.

Si miramos atrás, de la temporada que está a punto de terminar (o terminada ya en algunas categorías) recordaremos numerosas experiencias: esa charla impactante que ayudó a remontar un partido, esos ejercicios que no terminaron de “cuajar “y que el equipo no entendió, ese fallo que sigo cometiendo o muchas otras que nos pueden dejar grandes aprendizajes.

Como entrenadores nos enfrentamos con una dificultad: como personas tendemos a seleccionar lo que nos da satisfacción, como los logros, y a prestar menos atención a lo que nos hace sentir mal, como las derrotas. Todo hay que valorarlo en su justa medida, con objetividad pero siendo positivos.

Las siguientes 25 preguntas pueden ayudarnos valorar nuestros avances desde un enfoque diferente al resultado de la clasificación: nuestras competencias de liderazgo. Vamos allá:

1. ¿Mejoré mis conocimientos y habilidades?

2. ¿Estoy más motivado?

3. ¿Conozco mejor mis fortalezas y debilidades?

4. ¿Controlé con más eficacia mis emociones?

5. ¿Me importó menos la opinión de los demás al tomar decisiones?

6. ¿Confié más en mis capacidades?

7. ¿Respondí mejor en los momentos difíciles (o de presión)?

8. ¿En el campo vi cosas de las que antes no me percataba?

9. ¿Aumenté mi capacidad de concentración?

10.¿Me adapté adecuadamente a situaciones que en otra temporada me superaron?

11. ¿Fui más tolerante con las cosas que no puedo controlar?

12. ¿Desarrollé actividades nuevas?

13. ¿Soy un mejor motivador?

14. ¿Me comunico de forma eficaz?

15. ¿El equipo fue una piña (incluido el cuerpo técnico)?

16. ¿Planifiqué mejor el trabajo?

17. ¿Saqué el máximo provecho de todos los recursos a mi alcance?

18. ¿Fui el mejor y principal referente para los jugadores?

19. ¿Mejoré mi visión de juego como entrenador?

20. ¿Conseguí un equilibrio personal-profesional?

21. ¿El equipo piensa que soy sincero?

22. ¿De verdad me gusta lo que veo en el espejo?

23. ¿Le expresé mi gratitud al equipo?

24. ¿Tuve que “comerme” algunas de mis palabras?

25. ¿La próxima temporada será mejor?

Identificar nuestros aciertos y fallos es una obligación si queremos acerarnos a la excelencia. Reflexionar sobre las diferentes áreas relacionadas con nuestro potencial como líderes es necesario si queremos fortalecer la credibilidad, condición básica en un entrenador. La confianza que nos tienen como técnicos es muy valiosa, construirla lleva tiempo y perderla muy poco. Lo triste es que en ocasiones se fractura por nuestra propia incompetencia y desconocimiento.

Analicemos a fondo cada una de estas 25 preguntas y hagamos un dibujo más claro de quiénes somos.

Por esto recomendamos una segunda lectura, con más calma.




Estéfano Martínez